jueves, 9 de enero de 2014

Mr. Músculo un poroto


Nuestro bebito en acción.
Como buenas serigrafistas que somos, con Meli siempre tuvimos un shablón favorito. Pero hacía un tiempo que el pequeño amarillo de tan solo 1 año y medio de edad, 50 por 60 centímetros y 120 hilos, nos estaba haciendo renegar.

Era muy difícil limpiarlo después de cada impresión. Y las tintas vinílicas que siempre usamos para imprimir
con él estaban dejando mini sustancias secas en los intersticios de la malla ¡bloqueándola! Le dimos duro con el diluyente de limpieza común para vinílicas, ¡pero había fantasmas de tinta que no podíamos sacar! Unas flores blancas que imprimimos sobre bolsas de madera quedaron marcadas para siempre. Si bien todos nuestro shablones tienen fantasmas de viejas impresiones, en este caso fue mucho más grave. Había sectores de la malla que ya no servían y hasta empezó a perjudicar a la emulsión. En las partes donde estaban esas flores la emulsión de nuevos diseños de empezaba a romper con cada pasada.
Disolgel + Caustiplus = Magia

Antes de darlo por perdido fuimos a la casa de insumos serigráficos DyD en San Miguel (tienen de todo y casi siempre son copados, es un poco caro) a ver qué nos podían recomendar. Ahí me recomendaron 3 productos de limpiza altamente tóxicos pero muy efectivos. Emulquit para sacar la emulsión, no lo probamos ya que siempre sacamos la emulsión con lavandina y no tenemos problemas. Disolgel para desengrasar y Caustiplus para remover cualquier impureza... incluyendo tinta.

¡El más grande que tenemos!
Uno de los más fantasmeados.
Primero sacar bien las emulsiones.

Usarlos fue mágico. Si bien en internet hay alguna data al respecto, los aplicamos tal cual nos lo explicaron en DyD. Antes que nada retirar la emulsión, hay que aplicar estos productos con el shablón mojado. Primero el Disolgel, que es el que tiene una consistencia similar a la de un Serenito de dulce de leche revuelto. Con una esponja y guantes de goma negros, removiendo un poco para que penetre bien en los intersticios. No hay que dejarlo mucho tiempo, más de 10 minutos podría hacer que se seque y que no lo puedas sacar más... Así que lo pusimos y al ratito ya le dimos con la hidrolavadora. Esto lo limpió bastante pero los fantasmas grosos seguían. Después el Caustiplus, que es como grasa para freir empanadas. Con el Caustiplus flashamos, al pasarle la hidrolavadora los fantasmas (¡todos!) salieron como por arte de magia.

El peor fantasmeado, ¡limpio!


El grande, una hermosura.
El amarillito (L)
Fue una tarde muy intensa. En total limpiamos 6 shablones. Quedaron como nuevos y eso nos hizo muy felices. Lo único malo fue que el estuche de mi cámara quedó sin querer abajo de un río de lavandina. Pero bueno, ¡me tendré que serigrafiar uno nuevo!



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